Atender el bienestar en las empresas es clave para fomentar trabajadores felices.
El “Burn Out” o “síndrome del quemado” es un estado de agotamiento físico, emocional y mental relacionado con el ambiente de trabajo, que surge a causa del estrés laboral, cargas horarias excesivas, por sentirse fuera de control o por falta de recompensas o reconocimiento.
Fue reconocido en 2019 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un trastorno mental, y este organismo lo describe como “un síndrome resultante de un estrés crónico en el trabajo que no fue gestionado con éxito”.
El síndrome de BurnOut se va generando progresivamente hasta ocasionar, en algunos casos, un estado de incapacidad para continuar con el trabajo de manera habitual.
En Argentina la ocurrencia del síndrome de burnout supera el 80%, siendo el más alto de la región junto con Chile, seguidos por Perú que sobrepasa el 70%, de acuerdo con un estudio realizado en noviembre de 2021 por el portal de empleos Bumeran.
Agotamiento físico y mental generalizado: Se presenta como falta de energía desde el inicio de la jornada laboral; estrés y ansiedad; sentimiento de frustración y fracaso por no conseguir resultados deseados a pesar del esfuerzo dedicado; estado de ánimo irritable, impaciente y negativo; incapacidad para para concentrarse en el trabajo o relajarse al finalizar la jornada; frecuentes dolores físicos, fatiga visual, dolores de cabeza y musculares.
Despersonalización y cinismo: Este adopta una actitud de indiferencia y desapego, reduciendo claramente su compromiso hacia el trabajo. Esto se manifiesta también en sus relaciones en el ámbito laboral, tanto con compañeros como con clientes.
Descenso en la productividad laboral y desmotivación: Desmotivación que genera frustración; falta de atención hacia las tareas, olvidos frecuentes y una desidia generalizada que nace de la dificultad para concentrarse. Todo ello forma parte de un círculo vicioso que se retroalimenta constantemente.
Física: enfocado en acciones como la alimentación equilibrada, el ejercicio físico y los periodos de descanso.
Mental: se centra en el aspecto psicológico, con especial énfasis en la prevención .
Emocional: relacionado al ánimo con el que los profesionales se enfrentan a su jornada laboral y a los retos diarios, por lo tanto, está muy relacionada a la salud mental. El mindfulness, es una práctica muy apropiada para está perspectiva, ya que busca ayudar a las personas a vivir su presente de manera plena.
Espiritual: ligado a la filosofía corporativa de la empresa y de los empleados, así como la manera en que ambos se relacionan.
Según un informe realizado por la Revista Haz, el 77% de los empleados -de una muestra de más de 40.000 personas de todo el mundo- espera que su compañía sea más activa respecto a estos temas. Por ello, es importante que en tus equipos de trabajo se comiencen a tomar acciones para mejorar su bienestar.
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