Debido a que las personas son las responsables de impulsar los cambios y agregar valor dentro de una empresa, el capital humano debe ser considerado como el mayor activo de una organización.
El primer paso para desarrollar proyectos que permanezcan en el tiempo es estar en línea con las tendencias actuales de la gestión del talento y la generación de climas laborales adecuados.
“El capital humano es el valor tangible y diferencial de toda empresa. El saber, la excelencia, la experiencia y las habilidades de los colaboradores son parte fundamental de la cadena de valor de todo negocio”, asegura el experto.
“Los cambios han sido muchos y variados. Tanto por contextos externos, como la tecnología, el teletrabajo, la importancia de la sustentabilidad, y la economía -cada día más globalizada-. Así como también por los cambios generacionales, la importancia de la diversidad, la adaptabilidad al trabajo y el liderazgo remoto”, explica Victoria Guerrico, quien cuenta con un Máster en Dirección Estratégica de Recursos Humanos.
“Si bien el área de RH siempre ha sido un socio estratégico de la dirección, el contexto actual requiere que se encuentren a la vanguardia y trabajando la sinergia con todas las áreas, para hacer más eficiente la aplicación de políticas y procesos de gestión del talento y del cambio”, completa Guerrico.
desde un ángulo de recursos físicos y económicos, para beneficiar el teletrabajo
desarrollando la empatía social y la adaptabilidad.
“Es un gran momento para trabajar las jerarquías de manera horizontal, generando un genuino compromiso por los resultados, más allá de las tareas rutinarias y tiempos de oficina a los que estábamos acostumbrados”, analizó el experto.
Consultamos diferentes reportes que analizan las perspectivas del mundo laboral para los próximos meses, realizados por ORH – Observatorio de Recursos Humanos y Deloitte (publicado en BusinessTrend), y a partir de ellos sintetizamos 10 tendencias:
1. Tecnología con impacto transversal en todos los procesos vinculados a la operación: Gestión de talento, reclutamiento, pago de nómina, evaluación de desempeño, onboarding. La incorporación creciente de la Inteligencia Artificial plantea la necesidad de que seres humanos y máquinas trabajen juntos de manera productiva.
4. Bienestar laboral: Se considera que empleados contentos es sinónimo de personas saludables y más productivas, fieles a la empresa, comprometidas con objetivos globales a largo plazo y dispuestas a permanecer durante períodos de tiempo extendido.
5. Trabajo colaborativo: Se profundizará, mejorará su práctica, será más frecuente, y se desarrollaran nuevas reglas de usabilidad.
6. Nuevos liderazgos: Deberán ejercerse a distancia (en muchos casos) y estarán más cercanos al coaching que al ejercicio de la autoridad. Se dejarán de lado los personalismos y se premiará a quienes den espacio para el crecimiento, la confianza y la creatividad de sus colaboradores.
10. Gestión del Talento: Se buscará vincular más el conocimiento a la acción y al fomento de la innovación, y se realizarán esfuerzos para permitir la reconversión de colaboradores (adquisición de nuevas habilidades laborales).
Victoria Guerrico, una de las expertas que dicta la Diplomatura en Capital Humano de la UTN.BA, asegura que es posible y comparte algunas buenas prácticas para lograrlo:
Tener mucha claridad de la estrategia del negocio de cada organización y crear una visión compartida con el equipo.
Los objetivos estratégicos deben decantar en objetivos operativos bien claros, que deben ser medidos en resultados cuantitativos y cualitativos de cada colaborador.
La comunicación sincera dentro del equipo es fundamental. Todos deben comprender el mismo norte y compartirlo en sus comportamientos diarios, deben recibir continuamente feedback de cómo se están desempeñando, y tener observaciones constructivas de cómo ser cada día mejor en su rol.
El compromiso se logra cuando es recíproco, de líder a liderazgo y viceversa. Y todo el equipo y todos los equipos comprometidos con la estrategia del negocio.
Adaptarse a las nuevas exigencias que plantea una realidad dinámica e incierta.
Comprender el contexto con el que se debe lidiar.
Empatizar con las circunstancias de las personas con las cuales se tienen objetivos comunes.
Las habilidades necesarias para ejercer un liderazgo efectivo en los tiempos actuales no son exactamente las mismas que se requerían hasta fines de los años más recientes. Hoy se consideran competencias esenciales las siguientes:
Compromiso con la verdad: el componente ético está creciendo con fuerza.
Gestión del cambio: capacidad para asumir la transformación organizacional, con flexibilidad y agilidad.
Visión estratégica y capacidad para planificar frente a lo inesperado.
Capacidad de desarrollar a otros, permitiendo que todos los miembros de un equipo mejoren su desempeño.
Empatía: poniéndose en el lugar de los demás, comprendiendo sus preocupaciones y dando solución a sus problemas, para lograr los objetivos propuestos.
Resiliencia: para adaptarse o recuperarse de la adversidad, ayudando a todos sus colaboradores a transitar el camino de la reconversión o la superación.
Comunicación precisa y eficiente, trasmitiendo con claridad, escuchando e incrementando la interacción.
Motivación para el logro de resultados: inspirando, canalizando la energía y el potencial del equipo.
Perspectiva diversa: fomentando la igualdad de género y la diversidad (incluyendo edad y discapacidad).
Visión de servicio: dirigir y servir de guía a su equipo durante un proceso hasta que se cumpla el objetivo marcado, asumiendo riesgos y responsabilidades, tomando decisiones, rectificándose y recompensando.
También es importante destacar que hoy es importante ejercer un liderazgo basado en comportamientos. Quien lidera debe ser la primera persona en cumplir con las medidas que solicita realizar a su equipo.