Al igual que en casi todos los campos profesionales, el uso del Big Data irrumpió fuertemente y RRHH no es la excepción. La gestión, evaluación y utilización de grandes volúmenes de datos se convirtió en un mecanismo para mejorar el desempeño profesional de las personas.
Usando un gran volumen de datos, el departamento de Recursos Humanos puede ser mucho más analítico y estratégico en sus procesos de reclutamiento. En vez de revisar miles de CVs repetitivos, se pueden aprovechar los datos reales para no realizar malas contrataciones.
Una de las ventajas de la utilización de Big Data es la posibilidad de entender las razones por las que los colaboradores se van o deciden quedarse en una empresa. Herramientas como encuestas de satisfacción, evaluaciones de clima laboral, entrevistas de salida, etc, permiten predecir y prevenir el desgaste de las personas en su trabajo. Analizando estas distintas fuentes de datos es posible identificar los problemas puntuales que conducen a la rotación de personas en la compañía y a crear estrategias para atacar estas situaciones, fortalecer el compromiso y generar satisfacción.
Los programas de capacitación, encaminados a sacarle el mayor potencial a sus colaboradores y aportando a su formación profesional, son necesarios para fortalecer la capacidad productiva en las organizaciones, pero a veces resultan muy costosos y no generan los resultados esperados. La Big Data es una herramienta clave para medir la eficacia de estas políticas de formación profesional y garantizar que las inversiones sean inteligentes.