La cultura organizacional se compone de creencias, valores, hábitos, costumbres y experiencias aplicadas a todos los componentes de una compañía. El comportamiento de la empresa se verá afectado en la manera en la que se administren o se apliquen esas normas, creencias y hábitos. Lo que determina una cultura organizacional es la misión, la visión y las metas organizacionales, regidas por determinados valores y criterios de comportamiento.
Para que esto ocurra, es ideal que en las organizaciones haya una cultura de reconocimiento, crecimiento profesional y personal y comunicación. Cuando las personas se sienten reconocidas y sienten el impacto que tienen en la empresa, su productividad y compromiso aumenta.
La gestión del cambio es el proceso mediante el cual se gestiona la transición a una nueva realidad. Esta gestión necesita convencer y persuadir a los miembros a que logren trabajar en un nuevo contexto que traerá buenos resultados a la organización. Sin embargo, no es tan fácil cambiar la cultura y los objetivos de una empresa.
A continuación, compartiremos algunos pasos para gestionar el cambio de cultura en una empresa:
1. Crear un sentido de urgencia:
La empresa deberá crear este sentido de urgencia que les permita a los trabajadores querer ese cambio. Este paso es el que más tiempo requiere ya que se debe convencer a toda la organización acerca de la necesidad mediante estadísticas, números, testimonios e investigaciones del mercado actual. El verdadero desafío es llegar a convencer a los altos directivos y gerentes ya que estos tienen el completo mando de invertir tiempo y dinero en los cambios que se quieran realizar.
2. Formación de un equipo de cambio:
Este cambio tiene que estar liderado por varios personas que se encuentren 100% de acuerdo con que el cambio se realizará. De esta manera será más fácil esparcir el mensaje.
3. Crear una visión clara para el cambio:
En esta etapa se deben definir los nuevos valores por los cuales se regirá la organización. La creación de una visión a corto y largo plazo sumado a la creación de una estrategia para ejecutar las acciones será fundamental para que los líderes conozcan el nuevo cambio y tengan claridad a momento de realizar los discursos.
4. Comunicar la visión:
Todos los miembros tienen que tener claridad sobre el propósito del cambio.
5. Eliminar obstáculos que puedan presentar frente a la gestión del cambio que se está realizando:
En esta etapa se deberá mirar la estructura orgánica para encontrar el punto de consonancia con la visión y objetivos a los que se quiere llegar. También se deberá identificar a las personas que se están resistiendo al cambio, conociendo sus puntos de vista e investigar qué necesitan.
6. Asegurarse de triunfos a corto plazo:
Esto será con el objetivo de demostrarle a los miembros de la organización que el cambio se está realizando.
7. Construir sobre el cambio:
Esto tiene que ver con no quedarse conformes con los logros obtenidos a corto plazo. Se tienen que evaluar los puntos positivos y los aspectos a mejorar para poder fijar metas y generar el concepto de la mejora continua. También es importante seguir generando agentes de cambio que aporten a las acciones que hay que llevar a cabo.
8. Implementar los cambios en la cultura organizacional:
Es fundamental que los líderes y nuevos integrantes de la organización sigan apoyando el cambio. Para generar mayor credibilidad en los cambios que se realizaron hay que hablar cada vez que sea posible de estos avances y los logros obtenidos.
Llevar a cabo una gestión del cambio requiere tiempo, dedicación y compromiso por parte de todos los miembros de una organización. La gestión del cambio va a tener éxito siempre y cuando se centre en las necesidades de los clientes internos y externos.